L'A.E.A. en Espagne 

Ma Carmen del CERRO, de Madrid (Esp.) 

Exposición : La Galería de Arte ALTEA (Madrid)
 Presenta la obra de
Ma Carmen del CERRO
del 14 de diciembre al 5 de enero de 2005.  
Tema : Iconos de la Madre de Dios

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AL VISITANTE 

Hacer un icono, construir un icono, pintar un icono es, además de un trabajo de tiempo, paciente y duro, un rito : un rito genuino, auténtico. A la indudable habilidad manual, el previo estudio histórico y la disposición de los materiales, hay que añadir – los más importante -, una singular actitud espiritual. "La luminosidad esplèndisa que debe brotar del icono, no puede brillar si antes no lo ha hecho en la mente y en el corazón del pintor. 

Asi lo entiende Ma Carmen del Cerro. 

En cuanto a lo material, todo se compone de una serie de manipulationes cuidadosamente, ritualmente realisadas en preciso orden cargado de simbolismo. Es una manera, una técnica exclusiva que vienen repitiendo hasta hoy todos los pitores de iconos, desde el siglo XII. Los elementos más esenciales son las tablas, las pinturas y los adornos  repujados en metales, como pueden ser el estaño, el azófar, la plata y el oro. En esta exposición sólo se ha empleado la plata en los motivos aplicados a varios iconos.

En principio, la tabla : madera seca, sin nudos, bien afinada a favor del sentido longitudinal de la fibra, un forro de tela y, capa de yeso en ella, bien sobadas, vigorosamente lijadas hasta conseguir una superficie delicada y pulida lisura, bien dispuesta para el dibujo de la imagen.  Dibujo que los antiguos  transportaban por medio del estarcido, pero que Ma Carmen prefiere trazar a punta de punzón, para obtener, pulso firmee, unaslineas netas, seguras, apenas perceptibles, casi sin hollar el yeso.

La preparación de las pinturas es otra  fase del rito, Quizás la más importante : consiste en la separación, de mano en mano – izquierda, derecha – de la yema  de un huevo para obtener, después de batida, una emulción que aglutine los pigmentos pulverizados, dosificanto cuidadosamente la mezcla hasta conseguir tintas de plena opacidad con las que sacar a la pintura las más sutiles gradaciones.

Y a pintar… no sin antes disponer el espiritu para "representar lo que racionalmente no puede ser representado ; de figurar lo sobrehumano por medio de la humano ; no el mundo, sino lo que, dentro o fuera del mondo, merece ser representado", dice Andre Malraux en las "voces del silencio".

                                                         Elias del Cerro